Llevamos 53 años desde que el senador y activista estadounidense Gaylord Nelson instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra...
Son más de cinco décadas recorridas en este camino arduo y lleno de socavones. Tenemos que arrimar el hombro y unirnos en la loable labor de recuperar a nuestra madre, todos somos sus hijos y durante millones de años llevamos mortificándola sin piedad; incluso hoy que somos muchos los conscientes en nuestro maltrato y que hay que reparar y parar en su destrucción… todavía continuamos en ello; por no renunciar a ciertas comodidades, simplemente por dejadez o en el peor de los casos por el mero hecho de no perder supremacía económica.
¿A costa de qué?...
Esa es la cuestión que debemos plantearnos día tras día y meditar con reserva que el patrimonio que tenemos a cautela en nuestros días, es la casa de generaciones futuras… no dejemos el porvenir de este tesoro en manos de la providencia, de los supuestos extraterrestres que vendrán en nuestra ayuda o quizás de los gobernantes o emigrar al final de sus días, hacia otro planeta acondicionado para nosotros. El día a día y el granito a granito son los que harán que el incierto mañana, se regenere en una floreciente realidad.
Hagamos que el día de nuestra querida Tierra no sea solo una jornada memorable y convirtámoslo en nuestro proyecto de vida… y no lo dejemos como una tarea para mañana o que se quede en el peor de los casos en el cajón desastre.
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